El 1 de febrero de 1529, en la villa de Urroz, hoy conocida como Urroz-Villa, el párroco del lugar acudió a un bautizo al que fue reclamado. Al llegar al bautismo, antes de comenzar la ceremonia, preguntó a los padres de la recién nacida: –¿Cuál será el nombre de la niña?- a lo que los padres respondieron: –Graciana-. A continuación preguntó al padre: –¿Y usted de qué trabaja?-, a lo que el padre contestó que su oficio era el de sastre; acto seguido preguntó a la madre: –¿Y usted de dónde es?-, a lo que la madre contestó que del Valle de Aezkoa. Obtenidos todos los datos necesarios, el párroco bautizó a la recién nacida como Graciana Sastre La Aezcoana.
Otro curioso caso es el de un carpintero llamado Lope que vivía en el pueblo de Ezcároz/Ezkaroze en el año 1640, conocido en el lugar vascófono como Lope Aroza (Lope el herrero). Tuvo varios hijos y el párroco del lugar les puso de apellido Lopearoza para que quedase claro de quién eran los hijos: Maria Lopearoza, es decir, Maria la hija de Lope el herrero.
Estos son dos relatos entre miles que describen la situación en la que se encontraba el sistema de los apellidos durante las Edades Media y Moderna, ya que no había un patrón establecido a la hora de poner los apellidos. Los párrocos no seguían unas directrices establecidas a la hora de poner los apellidos y solía variar la forma dependiendo del párroco del lugar.
La necesidad de la iglesia católica para poner orden en el caos de los apellidos, entre otras necesidades, dio lugar al Concilio de Trento.
El Concilio de Trento fue un concilio ecuménico de la iglesia católica desarrollado entre los años 1545 y 1563. Uno de los puntos fuertes que se debatió en dicho concilio fue cómo poner los apellidos a los recién nacidos. En este concilio se estableció que los recién nacidos debían adoptar tanto el apellido del padre como de la madre. A partir de dicho momento se dejarían a un lado los motes, lugares de origen, oficios etc. cómo apellidos y pasarían a ser hereditarios. Sin embargo, aunque en muchos lugares de Navarra se empezaron a respetar dichas reglas muchos párrocos siguieron durante décadas sin aplicar las directrices del Concilio de Trento y esto dio lugar al nacimiento de nuevos apellidos hasta al menos el siglo XVII.
Bibliografía y webgrafía
– Antzinako. https://www.antzinako.org/
– Wikipedia. https://es.wikipedia.org/wiki/Concilio_de_Trento